La quebrada Cheonggye atraviesa el centro de Seúl, capital de Corea del Sur. Allí hay diversidad de plantas, aves e insectos que merodean en medio de la ciudad. La gente suele caminar para apreciar arte callejero, luces de colores, fuentes luminosas y hasta participa en festivales culturales que convocan a cientos de personas.
La quebrada El Cedro, en cambio, traza una recta de oriente a occidente, en el norte de Bogotá. Aquí se tira basura y todo tipo de desechos como colchones viejos, ropa sucia, residuos tecnológicos y otros agentes contaminantes. Por el lugar merodean indigentes; se percibe olor a orín y a materia fecal. Todo esto en medio de los pájaros que aún se atreven a volar por el corredor de forma desprevenida.
Aspirar a tener un caño como el que tiene Corea del Sur quizá sea demasiado pedir, aunque ¿por qué no permitirnos soñar? Valdría la pena empezar por evitar la suciedad que no es otra casa que generar desolación, caos y contaminación.
Junta de Acción Comunal de Barrancas, comprometida con la causa
En una reunión con María Esperanza Riaño, Presidenta de la Junta de Acción Comunal del Barrio Barrancas, que bordea este hermoso corredor ambiental, pude manifestarle la inquietud de lograr que este espacio sea menos frecuentado por los chulos y más visitado por las personas de la zona.
Se sorprendió con el caso de Seúl, tanto como yo, pero le dije que empezáramos por algo. Que organizáramos una brigada de aseo en la que participaran vecinos tanto de Barrancas como de Cedro Golf. Le dije incluso que podíamos invitar a nuestros vecinos: los actores Jorge Cao, Marcelo Dos Santos y Ernesto Calzadilla, que dirigen el Teatro Belarte, a pocas cuadras del abandonado lugar.
La propuesta quedó sobre la mesa. Ojalá se pueda concretar con el fin concientizar a la comunidad en torno a esta iniciativa que tiene – la verdad – pocos adeptos, quizá por falta de fe, de esperanza, de compromiso, de pasión y de ilusión con un proyecto que de llegarse a materializar nos beneficiaría a todos.